Estaba cola del cine
para comprar las entradas para la última película de Superman, cuando el señor
que estaba delante mí empezó a discutir con la chica que estaba en la taquilla.
- ¡El verdadero superhombre no es ese tal Superman que se pasea
en calzoncillos por la calle!
-Pues me parece un ultraje, el verdadero superhombre es
aquel que sustituye a Dios, el creador de valores. Es el hombre que surge, como
dijo el gran Zaratustra,.- la gente empezaba a cuchichear sobre lo que estaba
ocurriendo- de la conversión del hombre en camello; pero este quiere ser más y es
por eso que se convierte en león, y este a su vez se convierte en niño. El
superhombre es creador de valores- el hombre
estaba empezando a recitar su discurso a pleno pulmón y todo el mundo
estaba bastante sorprendido.
El hombre se subió al mostrador y siguió con su discurso:
-El superhombre está más allá del bien y del mal, ha sido
bautizado en la pila de los escépticos.
-Por favor señor baje de ahí - decía la chica de la taquilla.
-¡NO!
-¡Está usted loco!
-El superhombre no hace caso de los prejuicios de la gente,
y no cree en la igualdad, los esclavos están engañando a sus señores porque no
pueden soportar que estos sean mejores.-La chica llamó a seguridad por
teléfono.-El superhombre se ríe de los valores sobrenaturales, porque ha sido
él quien los ha creado.
A los dos minutos llegaron dos guardias de seguridad, pero
para entonces el hombre ya había desaparecido diciendo.
-Recordarme: mi nombre es Friedrich, Friedrih Nietzsche.